sábado, 13 de septiembre de 2008

Partículas aceleradas

He estado varias horas pensando en el dinero que me quedaba en el bolsillo. He pasado por taquilla y me he subido al primer tren hacia el más allá. Digo más allá porque aquí no quiero quedarme.

Ha sido una aventura en la que he recuperado algunos olores. El olor a limón me estimulaba y me hacía sonreír sin complejos y con un toque de maldad. Estuve cabalgado por montañas lejanas en las que miles de gotas de lluvia invadieron la túnica azul celeste en la que estaba envuelta. Ha sido magnifico expandir mis brazos en el aire y arrancar a la naturaleza trocitos de oxígeno. Cada momento, cada instante fue una caricia del universo. Y por eso quise celebrarlo más allá del infinito colocando cada gota de aroma en su lugar correspondiente.

Me fui muy lejos y allí encontré una gran lago de menta y chocolate con burbujas de jazmín en el que estuve flotando durante siglos. La vuelta a casa ha sido más fácil. Creo que el próximo tren sale dentro de noventa minutos.



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