
Imagino que cuando esté a punto de morir
me entregaré a una luz difusa
en la que la realidad se confundirá con los sueños.
Las onduladas nubes
me dejarán colgada en el tiempo y en el espacio
y desde allí
trataré de recuperar un tiempo del pasado
o quizás, tal vez, del futuro.
Cuando esté a punto de morir,
el césped se inundará de llamas naranjas
que se fundirán con los planetas más próximos.
La nieve de la montaña se derretirá
y cuando el sol brille en lo más alto
me evaporaré hacia el universo.
Imagino que cuando esté a punto de morir
alguien me cogerá la mano para retenerme
y pedirme suavemente que me vaya tranquila.
Yo arrogante y poderosa me enfadaré con los dioses
y seguiré aferrándome a la vida
hasta que la luz invada mis venas y la sangre
se vuelva transparente.
Sólo entonces me marcharé.
Sólo cuando esté a punto de morir
cederé a las fuerzas invisibles
y trasladaré mi reino
hacia otros mundos.
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